Sin el amor nada existía.
El alma que una vez amó,
nunca jamás se apagaría.
Volver a amar era intentar
tornar al punto de partida,
apresar humo, tocar cielos,
poseer la luz infinita.
Volver a amar era querer
revivir las flores marchitas.
Era escuchar la voz del alma
que llamaba al alma perdida.
Volver a amar era llorar
por la dicha desvanecida.
Era encontrar con quien partir
el pan y el vino de otros días.
Pero -de sobra lo sabemos-
sólo una vez se ama en la vida.
Volver a amar, es evocar
el amor que colmó la dicha.
Es, sin querer, hacer sufrir.
Sentir la rueda detenida.
Que si el espejo sufre, es porque
la vieja imagen está viva.
En el principio era el amor.
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Me recuerda a tí, por eso sabes que te lo dedico...
Aunque soy el ombligo de mi mundo...eres parte de mi pisada en él.
Sólo espero que el tiempo me de la razón, que la razón se mantenga en mi tiempo.
Todo lo demás ya está dicho.
A nuestra forma, te quiero mucho y ya lo sabes.
1 comentario:
Esta imagen me recuerda una vez, que escribi unos nombres, sobre la arena de la bajamar... la marea se los llevó, quien saben a donde los arrojó...
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