Noche que juega conmigo

Llegó la ansiada, calurosa, pertinente y negra noche.
Y tres eran tres las hijas de Elena…
Unas copas de más iban a facilitar algo más las cosas para una chica tímida, ávida de experiencias nuevas.
Apartamento tocando el cielo. Luego serían personas rozándolo.
Primero fotos ante una pared que nos enfriaba algo la situación. Una pared celosa. Risas, calma, más risas. ¡Qué bien se está así!
Detalles como: ¿dónde quieres dormir? o Cuidado, que estoy sensible los dejaré correr si os parece, queridos lectores.
Así que, al fin, al cuarto matrimonial, testigo de una noche cuanto menos singular…
Izquierda anfitriona; derecha, servidora. Caballero, pase, usted es de centro.
Y entró en acción “la curiosa”. Mi espalda era el lienzo elegido para empezar a pintar el deseo incipiente. Caballero expectante. Irradiaba calor. ¡Qué bien huele este chico!
-¿te importa?
-Por supuesto que no…
A él tampoco. Así, apoyadas ambas sobre el pecho masculino empezaba a desatarse la situación.
Con una mano y dos maniobras simples, adiós al contenedor de alimento antiguo de mis hijos. Adiós. Hola. Personas reales en un mundo real.
Mujeres amantes con un hombre en medio que no respiraba por no interceder.
Ella quería experimentar, le deseaba a él, el morbo a veces nos puede más que el deseo.
Entonces llegó Lucidez, como siempre inoportuna en estos casos. Por un instante todo se paralizó. Hasta la piel.
Pero volvió mi amiga Locura acompañada de su amigo Desenfreno. Buena pareja.
Lo siento amigo, eres más de derechas. Ya no respeto más la ironía.
Y un cuerpo de mujer se abalanzó sobre el de la otra. La experiencia por encima de “la curiosa”.Deseo de olor, de sabor, contacto de piel. Hacía tanto del último roce…
Bajando suavemente por un cuerpo que esperaba sin esperar, notaba el vello erizarse. Finas curvas delineadas por unos labios. Manos que recorrían una anatomía conocida, la Patria.
Al fin, un sabor único, irrepetible, extraordinariamente dulce. Como ella.
La Patria removía sus entrañas como acomodando a los hijos que no tardarían en llegar. Un ambiente cálido, cálido y húmedo.
Suspiros que son de España, de España son. Se acercaba el principio del fin, del fin de un nuevo principio.
Y así, en un micro instante, Noche nos abandonó lentamente Para dar paso a un nuevo amanecer, distinto, seguro, incierto.