A estas horas los faunos deambulan dramáticamente solos por las esquinas húmedas de las ciudades ardientes...
A estas horas se despereza el hombre-lobo...
A estas horas los amantes esquivan las farolas y se acurrucan bajo el paraguas de las sombras...
A estas horas los niños buenos duermen
A estas horas los niños malos piensan
Todas las luces de neón se vuelven fucsias a estas horas, fucsias.. Y azules...
Todas las sombras abandonan a los solitarios a estas horas...
A estas horas, vestidas de tules y envuelta en gasas, la nada huye del todo...
A estas horas alguien duda entre hacer una revolución o hacer un hijo
A estas horas alguien descubre el mundo detrás de una sonrisa...
A estas horas toma el sol la lunática
A estas horas alguien te está mirando
A estas horas se apagan las luces de media ciudad y se encienden las de la otra media...
A estas horas alguien regresa a su casa con los ojos culpables y la sonrisa en ruinas
A estas horas alguien busca respuestas
A estas horas los que ya carecen de preguntas y olvidaron las respuestas se buscan en las venas el camino mas corto hacia el olvido...
A estas horas alguien se para en un semáforo y no sabe que esa será la última parada de su vida
A estas horas alguien prende fuego a la ciudad
A estas horas un millón de ciudades arden en el mundo
A estas horas agonizan las sombrillas de pie y los paraguas mueren desplegados...
A estas horas de algún sitio parte un tren vacío que va a ninguna parte y alguien se sienta en un vagón y el tren, sin embargo, sigue vacío...
A estas horas se redacta una proposición de ley
A estas horas una muchacha China vende rosas en el paseo marítimo de la ciudad, y las rosas que vende tienen los pétalos oblicuos...
A estas horas estoy llamando a la puerta de tu casa pero tú no me oyes
A estas horas aúllan las tristezas y los perros ladran al horizonte
A estas horas yo no sé si matarte o llorar. Por eso enciendo el equipo de música, bebo un café negro y escrupulosamente me entrego a la dulce tarea de ensimismarme...
A estas horas tú eres una pasión, una sonrisa, una bocanada, una metáfora con nombre y apellidos...
Yo te pienso a estas horas como nunca lo he hecho...
A veces hay algo que me toca el alma, a veces hay personas que consiguen derribar todo aquello que construí, a veces me doy cuenta que éste es el mejor sitio en donde podían estar palabras entrelazadas como éstas.
Gracias a tí, que no sabiendo nada, lo conozco todo y respiro tu aire fugazmente...
Sólo un corsario negro podía tener un sentimiento tan blanco...
13 comentarios:
A estas horas sueño que soy un corsario blanco con el alma negra y vuelo en mi bajel en tu búsqueda, adorada Bondagex. El viento me golpea en la cara, tus palabras me dejan extasiado... Tal vez no sea un sueño y tú puedas redimirme. Me temo que eso no lo sabré jamás.
Tal vez sea sueño, tal vez realidad.
Tal vez sea negro, tal vez níveo, blanco, ¡qué mas da!
Congelemos el instante, porque a cada segundo cambia, porque el momento lo determina todo...
Principita. Me basta así
Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
—de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso—;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando —luego— callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta).
El corsario negro
Bondagex, un instante contigo, un solo segundo, valdría más que una vida entera. No es una metáfora al uso: es una gran verdad, mi verdad.
Sin palabras, corsario, si tú fueras lo que quieres ser y yo fuera quién te gustaría a tí que fuera...
Merodeador, no tienes un instante, ni medio segundo, te ofrezco lo que soy para siempre, ¿te cabe tanto en las manos?
Sé tú la verdad y hazme ver cuál es...Me encantaría...
Mi estimada Bondagex, tal ofrecimiento me sobrecoge y me llena de dicha. Si así lo deseas, también soy tuyo para siempre.
Este blog me sacude, me estimula, me hace sentir vivo...
Y todo ello, gracias a ti. ¿Qué más puedo pedirte?
Tu ya eras mío antes de entrar por mi casa, el destino, nuestro destino así lo quiso tiempo ha.
¿Cómo pueden unas palabras de un ser que no conoces darte un ápice de vida?
Eres parte de mi tinta...Y gracias, gracias a tí, siempre.
Si mis palabras y mi presencia te reconfortan, seguiré estando por aquí, prestándote mi calor, que también es el tuyo, el tiempo que desees.
Bondagex, gracias a ti por existir y por responderme siempre con calidez, con sentimiento, con el alma en cada gota de tu tinta. Mi vida y mi mundo serían más amargos y tristes sin personas como tú.
Y aquí seguiré siempre que necesites una de mis palabras.
Las gracias las debo yo...
En tanto continúes aquí, acudiré puntual a mi cita contigo.
No me debes gracias: el blog es tu creación y vengo a él a alimentarme con tu sensibilidad, a beber tus desvelos, a que me contagies tu esperanza. A sentirte, a palpalrte, a olerte, a emocionarme, a reflexionar.
No me debes gracias, no me debes nada.
Aún así, gracias. Porque considero excepcional el tiempo que gastas conmigo, porque me haces compañía y, a veces, sólo a veces, hasta yo que soy un alma solitaria, la necesito.
Si lo observas, mi tiempo no es nada comparado con lo mucho que me ofreces. Acompañarte va más allá del honor: es todo un privilegio para este modesto ser.
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